se trasladan las yemas a la felpa.
Tu boca cuando la beso
besa
sonríe
respira
y besa.
Surcan mis dedos tu piel,
trazan estelas de luz en la noche que te recubre.
Mis brazos agarran tu cintura como a un viejo árbol
y bailas una marejada de sutiles contoneos.
Me dices con tu voz,
menos sabia que tu cuerpo,
que quisieras estar conmigo
y que no quieres hacerlo.
Cristales llovidos cubren mis ojos.
Te veo naufragar en jardines exteriores:
tu cuerpo me nombra callando,
tu mente calla y se hunde.
tu cuerpo me nombra callando,
tu mente calla y se hunde.
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